domingo, 25 de julio de 2021

Max Stirner, El Único y su propiedad (extracto)

El ideal Hombre está realizado cuando la concepción cristiana se transforma en lo siguiente: Yo, este único, soy el Hombre. La cuestión conceptual: ¿Qué es el hombre? se ha convertido en la pregunta personal: ¿Quién es el hombre? El “qué es”, se preguntaba por el concepto a realizar; comenzando por “el quién es” desaparece la cuestión, porque la respuesta está a la mano del que hace la pregunta: la pregunta se responde a sí misma.

Se dice de Dios: Los nombres no te nombran. Eso es igualmente justo para Mí; ningún concepto me expresa, nada de lo que se considera como mi esencia me agota, no son más que nombres. De Dios se dice, además, que es perfecto, y que no tiene ninguna vocación, que no tiene que tender hacia la perfección. También esto es cierto para Mí.

Yo soy el propietario de mi poder, y lo soy cuando me sé Único. En el Único, el poseedor vuelve a la nada creadora de la que ha salido. Todo ser superior a Mí, sea Dios o sea el Hombre, se debilita ante el sentimiento de mi unicidad, y palidece al sol de esa conciencia.



miércoles, 21 de julio de 2021

Kafka, El silencio de las sirenas


Una demostración de que también recursos insuficientes y hasta pueriles pueden servir como medios de salvación:

Para preservarse de las sirenas, Ulises se tapó los oídos con cera y se hizo encadenar al mástil. Algo parecido hubieran podido hacer desde antiguo, claro está, todos los viajeros, salvo aquellos a quienes las sirenas seducían ya de lejos; pero se sabía en todo el mundo que era imposible que esto fuese remedio. El canto de las sirenas lo penetraba todo, y la pasión de los seducidos hubiera roto trabas más fuertes que cadenas y mástiles. Ulises, aunque acaso enterado, no pensó en eso. Confió plenamente en su puñado de cera, en su manojo de cadenas, y con inocente alegría, contentísimo con sus pequeñas astucias, navegó al encuentro de las sirenas.

Pero sucede que las sirenas disponen de un arma más terrible aún que su canto.

Es su silencio. Acaso era imaginable —aunque, por cierto, eso tampoco había ocurrido— que alguien se salvara de su canto; pero sin duda alguna nadie podía salvarse de su silencio. No hay nada terrenal que pudiera resistir a la sensación de haberlas vencido con fuerzas propias, a la infatuación consiguiente que se sobrepone a todo.

En efecto, al llegar Ulises, las formidables cantoras no cantaron, sea porque creyeron que semejante adversario ya sólo podía afrontarse con el silencio, sea porque esa visión de bienaventuranza en el rostro de Ulises, que no pensaba más que en cera y cadenas, les hizo olvidar cualquier canto.

Pero Ulises, por así decirlo, no oyó su silencio; creía que cantaban, sólo que él se veía librado de oírlas. Vio primero, fugazmente, las torsiones de sus cuellos, la honda respiración, los ojos arrasados en lágrimas, la boca entreabierta, y creyó que todo esto formaba parte de las arias que, sin ser escuchadas, resonaban y se perdían a su alrededor. Pero pronto todas las cosas rebotaban en su mirada abstraída; era como si las sirenas desaparecieran ante su resolución, y justamente cuando más cerca estuvo de ellas, ya nada sabía de su presencia.

Y ellas —más hermosas que nunca— se estiraban y se retorcían, tendían sus garras abiertas sobre la roca y sus hórridas cabelleras ondeaban al viento, libremente. Ya no pretendían seducir: tan sólo deseaban atrapar, mientras fuera posible, el reflejo de los dos grandes ojos de Ulises.

Si las sirenas tuvieran conciencia, habrían sido destruidas en aquella oportunidad. Pero así perduraron, y únicamente se les escapó Ulises.

Por lo demás, la tradición refiere también un epílogo al respecto. Ulises, así cuentan, fue tan zorro, tan rico en astucias, que ni aun la diosa del destino logró penetrar en su fuero más íntimo. Quizá —aunque esto ya no pueda concebirlo la razón humana— advirtió realmente que las sirenas callaban, y sólo, por decirlo así, a manera de escudo, les opuso a ellas y a los dioses el referido simulacro.

HAY QUE SER COMO ULISES: DESOÍR EL CANTO DE SIRENAS DE LOS MEDIOS Y DE LAS IDEOLOGÍAS IMPERANTES. ESCUCHAR, EN CAMBIO, LA VOZ PROPIA. 

lunes, 19 de julio de 2021

"El patriarcado no existe más" de Roxana Kreimer

Con el compadre Toño conversábamos que algo muy valioso es la existencia de mujeres antifeministas, puesto que resulta una estrategia muy efectiva para atacar al feminismo "desde adentro". Incluso, es mucho mejor que esas antifeministas se declaren de izquierda, de esa forma, se desarticula el propio discurso progre a través de mujeres disidentes con iniciativa propia, como es el caso de la intelectual Roxana Kreimer. Ella sirve mucho a la causa de los hombres libres, de manera indirecta, por las razones expuestas aquí. De hecho, en su último libro "El patriarcado no existe más" hace una pequeña mención a MGTOW, reivindicando su valor como una respuesta de ciertos hombres heterosexuales ante el avance del feminismo hegemónico. Acá va un breve extracto de la mención:

"El odio por los varones que parece instalado en muchas portavoces del feminismo en las redes sociales y en los medios de difusión parece llevar a muchos jóvenes a tener dudas sobre la posibilidad de formar una pareja e incluso sobre la posibilidad de tener encuentros sexuales. La repercusión de los grupos MGTOW (Men Going Their Own Way, “Hombres que siguen su propio camino”), formado por varones que proclaman como objetivo el alejamiento de cualquier relación afectiva con las mujeres, sería una muestra de esto. “Hace mucho perdí las ganas de tener una relación sexual, siento que por ser hombre corro peligro”, escribe uno de ellos en mis videos de Youtube. Muchos mensajes parecidos aparecen en los comentarios. Quienes critican a los MGTOW piensan que exageran y que terminan participando de una victimología similar a la del feminismo. Sin embargo, son un termómetro del hembrismo (el sexismo contra los varones) y de la falta de claridad en muchas de las normas sociales que hoy regulan las interacciones entre hombres y mujeres".




miércoles, 14 de julio de 2021

Nietzsche MGTOW

“425. Espíritu libre y matrimonio.– Los espíritus libres ¿vivirán con mujeres? Creo que, en general, semejantes a los pájaros de la antigüedad, siendo como son los que piensan y dicen la verdad del presente, preferirán volar solos”. Nietzsche, Humano demasiado humano.

miércoles, 7 de julio de 2021

"El varón domado" de Esther Vilar (extracto)


Un libro revolucionario para su época, 1971. En plena explosión del feminismo en Europa, la germano argentina Esther Vilar se atrevió a publicar su obra más trascendente, sobre todo para los hombres libres. Esta obra le valió ataques de parte de muchas activistas feministas. Es tan polémica que hoy más que nunca sería una obra perseguida y quemada en la hoguera mediática del progresismo y el feminismo de tercera ola. Los hombres libres del presente han encontrado en el libro de Vilar un hallazgo, una piedra filosofal. La Santa Matrona de los varones domados podrán leer en sus páginas un pensamiento crítico revelador para tiempos de oscurantismo ideológico. He aquí un breve pasaje: 

"El hombre está amaestrado de tal modo por la mujer que no puede vivir sin ella y hace, por lo tanto, todo lo que ella le exige. Lucha por la vida y llama a eso amor. Hay hombres que amenazan a sus adoradas con suicidarse si no les hacen caso. La cosa no tiene peligro alguno para las mujeres: ellas no tienen nada que perder. Pero tampoco la mujer puede existir sin el varón, pues en tan incapaz de vivir como la abeja-reina. También ella lucha por la vida y llama a eso amor. Cada cual necesita al otro, y así parece que haya al menos un sentimiento común entre ellos. Pero las causas y la naturaleza de ese sentimiento, así como sus consecuencias, son del todo diferentes en los dos casos. Para la mujer, amor quiere decir poder; para el varón significa sometimiento. Para la mujer, el amor es un pretexto de la explotación comercial; para el varón es una coartada emocional para justificar su existencia de esclavo. «Por amor» hace la mujer las cosas que le son útiles, y el varón las que le perjudican".

lunes, 5 de julio de 2021

Alegoría de la caverna, Platón (fragmento)

-Imagina unos hombres en una habitación subterránea en forma de caverna con una gran abertura del lado de la luz. Se encuentran en ella desde su niñez, sujetos por cadenas que les inmovilizan las piernas y el cuello, de tal manera que no pueden ni cambiar de sitio ni volver la cabeza, y no ven más que lo que está delante de ellos. La luz les viene de un fuego encendido a una cierta distancia detrás de ellos sobre una eminencia del terreno. Entre ese fuego y los prisioneros, hay un camino elevado, a lo largo del cual debes imaginar un pequeño muro semejante a las barreras que los ilusionistas levantan entre ellos y los espectadores y por encima de las cuales muestran sus prodigios.

-Ya lo veo, dijo.

-Piensa ahora que a lo largo de este muro unos hombres llevan objetos de todas clases, figuras de hombres y de animales de madera o de piedra, v de mil formas distintas, de manera que aparecen por encima del muro. Y naturalmente entre los hombres que pasan, unos hablan y otros no dicen nada.

-Es esta una extraña escena y unos extraños prisioneros, dijo.

-Se parecen a nosotros, respondí. Y ante todo, ¿crees que en esta situación verán otra cosa de sí mismos y de los que están a su lado que unas sombras proyectadas por la luz del fuego sobre el fondo de la caverna que está frente a ellos.

-No, puesto que se ven forzados a mantener toda su vida la cabeza inmóvil.

-¿Y no ocurre lo mismo con los objetos que pasan por detrás de ellos?

-Sin duda.

-Y si estos hombres pudiesen conversar entre sí, ¿no crees que creerían nombrar a las cosas en sí nombrando las sombras que ven pasar?

-Necesariamente.

-y si hubiese un eco que devolviese los sonidos desde el fondo de la prisión, cada vez que hablase uno de los que pasan, ¿no creerían que oyen hablar a la sombra misma que pasa ante sus ojos?

-Sí, por Zeus, exclamó.

-En resumen, ¿estos prisioneros no atribuirán realidad más que a estas sombras?

-Es inevitable.

-Supongamos ahora que se les libre de sus cadenas y se les cure de su error; mira lo que resultaría naturalmente de la nueva situación en que vamos a colocarlos. Liberamos a uno de estos prisioneros. Le obligamos a levantarse, a volver la cabeza, a andar y a mirar hacia el lado de la luz: no podrá hacer nada de esto sin sufrir, y el deslumbramiento le impedirá distinguir los objetos cuyas sombras antes veía. Te pregunto qué podrá responder si alguien le dice que hasta entonces sólo había contemplado sombras vanas, pero que ahora, más cerca de la realidad y vuelto hacia objetos más reales, ve con más perfección; y si por último, mostrándole cada objeto a medida que pasa, se le obligase a fuerza de preguntas a decir qué es, ¿no crees que se encontrará en un apuro, y que le parecerá más verdadero lo que veía antes que lo que ahora le muestran?

-Sin duda, dijo.

-y si se le obliga a mirar la misma luz, ¿no se le dañarían los ojos? ¿No apartará su mirada de ella para dirigirla a esas sombras que mira sin esfuerzo? ¿No creerá que estas sombras son realmente más visibles que los objetos que le enseñan?

-Seguramente.

-Y si ahora lo arrancamos de su caverna a viva fuerza y lo llevamos por el sendero áspero y escarpado hasta la claridad del sol, ¿esta violencia no provocará sus quejas y su cólera? Y cuando esté ya a pleno sol, deslumbrado por su resplandor, ¿podrá ver alguno de los objetos que llamamos verdaderos?

-No podrá, al menos los primeros instantes.

-Sus ojos deberán acostumbrarse poco a poco a esta región superior. Lo que más fácilmente verá al principio serán las sombras, después las imágenes de los hombres y de los demás objetos reflejadas en las aguas, y por último los objetos mismos. De ahí dirigirá sus miradas al cielo, y soportará más fácilmente la vista del cielo durante la noche, cuando contemple la luna y las estrenas, que durante el día el sol y su resplandor.

-Así lo creo.

-Y creo que al fin podrá no sólo ver al sol reflejado en las aguas o en cualquier otra parte, sino contemplarlo a él mismo en su verdadero asiento.

-Indudablemente.

-Después de esto, poniéndose a pensar, llegará a la conclusión de que el sol produce las estaciones y los años, lo gobierna todo en el mundo visible y es en cierto modo la causa de lo que ellos veían en la caverna.

-Es evidente que llegará a esta conclusión siguiendo estos pasos.

-Y al acordarse entonces de su primera habitación y de sus conocimientos allí y de sus compañeros de cautiverio, ¿no se sentirá feliz por su cambio y no compadecerá a los otros?

-Ciertamente.

Platón, Alegoría de la caverna (República, 514a)

La caverna representaría la Matrix, y el hombre libre que busca salir de ella se encamina hacia una verdad que puede cegar con su luz en un principio pero luego libera.



sábado, 3 de julio de 2021

Diario de un libre pensador MGTOW: 1 La mujer embarazada abusa del poder


En la actualidad, tengo trabajo y no es en soldadura, solo puse esa imagen como referencia para que se entienda mi flexibilidad a la hora de hacer cosas, y pese a que soy Tecnólogo de profesión en x área, no me siento humillado ni lastrado a la hora de ganarme el pan con el sudor de mi frente en estos tiempos de pandemia. No lo necesito, es cierto. Poseo una ventaja al no tener novia ni hijos, lo hago sencilla y llanamente por aburrimiento, así es. Por muy tonto que suene, jugar videojuegos, hacer deporte, ver series, armar puzles, aunque no lo crean, cansa, y bueno, con dinero extra uno siempre se puede dar gustazos.

Vamos al grano. Ocurre que actualmente estoy haciendo un reemplazo en un sector x relacionado con mi área (buena paga, nada que decir), ganado con mucho esfuerzo y proactividad. Sin embargo, no negaré el enorme empujón que tuve gracias a que una chica (que estaba reemplazando a otra persona) ocultó su embarazo, pidiendo licencia automáticamente. Cómo no lo haría, si la mujer que se embaraza en mi país, es cubierta por una licencia que le paga un sueldo bastante decente por dos años, independiente de que sea o no de planta. Esto motivó a que se tomasen medidas, evitando que se contrataran chicas en edad fértil. Ya les habían hecho esa jugada un par de veces y no querían, por razones obvias, que hubiese una tercera.

Al que le molesten mis publicaciones o las encuentre tediosas, adelante, pero nada de eso niega la realidad demostrada acá, el hecho de que las feministas se llenan la boca con el patriarcado, pero ellas mismas son las que se cortan las manos solas, haciendo mal uso de un sistema político que las apoya totalmente, y esto para una empresa, sea pública o privada, NO CONVIENE.

El trabajo es para las personas responsables que generan valor siendo un aporte, no un lastre que solo propicia gastos. Si quieres tener hijos, perfecto, pero háganlo, teniendo presente que ese niño no tiene por qué mantenerlo el Estado de manera insensata (más aún cuando el dinero sale del bolsillo de todos nosotros, ya que las arcas fiscales se llenan con nuestros impuestos), ni menos una empresa que se mueve con el objeto de darle una remuneración a todo el personal que forma parte de él, porque o si no, ocurrirán estos casos, donde preferirán siempre a un hombre en el plano laboral, y esto, señores, por mucho que les duela, NO ES CULPA DEL SUPUESTO HETEROPATRIARCADO OPRESOR, SINO QUE DE USTEDES MISMOS.

Buen día.

Toño Toño, el escritor.

22/09/2020.

jueves, 1 de julio de 2021

El lobo estepario, de Herman Hesse. Bienvenida al blog de los lobos estoicos

<<Muchas veces ha estado usted muy cansado de la vida; usted se afanaba por salir de aquí, ¿no es verdad? Anhelaba abandonar este tiempo, este mundo, esta realidad, y entrar en otra realidad más adecuada a usted, en un mundo sin tiempo. Hágalo usted, querido amigo, yo le invito a ello. Usted sabe muy bien dónde se oculta ese otro mundo, y que lo que usted busca es el mundo de su propia alma. Únicamente dentro de su mismo interior vive aquella otra realidad por la que usted suspira. Yo no puedo darle nada que no exista ya dentro de usted. Yo no puedo presentarle ninguna otra galería de cuadros que la de su alma. No puedo dar a usted nada: sólo la ocasión, el impulso, la clave. Yo he de ayudar a hacer visible su propio mundo; esto es todo>>. El lobo estepario, Herman Hesse.